El icónico edificio Empire State en Nueva York no solo atrae la atención del mundo con su majestuosa apariencia, sino que también invita a la reflexión a través de un cruel contraste. Subir desde la planta baja hasta la cima requiere exactamente una hora. Sin embargo, caer desde la cima hasta el suelo solo toma 8.8 segundos. Este asombroso contraste evoca ciertas situaciones en la vida. Lo que gastamos tanto tiempo y energía construyendo, puede ser destruido en un instante. Este fenómeno también nos recuerda que, en la búsqueda del éxito, debemos mantener siempre la cautela y la vigilancia, ya que el fracaso a menudo llega más rápido y más fácilmente que el éxito. La vida es frágil, debemos apreciar cada momento, esforzarnos por escalar las cumbres de nuestra vida, mientras también debemos estar atentos a los posibles riesgos y contratiempos.