El núcleo del diseño de Anoma no es simplemente una cadena, sino un "sistema operativo Web3".
Su principal característica es que está basada en una estructura "impulsada por la intención". Esto significa que solo necesitas expresar lo que quieres hacer, y el sistema se encargará del resto del proceso. Por ejemplo, si deseas intercambiar la moneda A por la moneda B, no necesitas seleccionar la cadena, comparar tarifas de transacción, ni realizar manualmente una serie de operaciones; Anoma te ayudará automáticamente a encontrar la ruta más rentable y completar la conversión.
Y no solo se centra en operaciones simples como el intercambio de monedas, sino que en el futuro podrá implementar protocolos de finanzas cruzadas, estrategias de comercio automatizadas, e incluso combinar inteligencia artificial para permitir a los usuarios expresar sus necesidades de forma conversacional. En pocas palabras, su objetivo es transformar Web3 de "herramientas que requieren un trasfondo técnico" en un "sistema mágico" que todos puedan usar, que es también la razón por la cual el estilo de marca de Anoma está diseñado para parecerse a un mago.
Lo que busca resolver son los dos mayores puntos de dolor en el mundo actual de Web3: la dificultad de desarrollo + la mala experiencia de usuario. Tanto para los desarrolladores como para los usuarios comunes, ahora hay que enfrentar la firma, la autorización, los trámites entre cadenas, problemas de compatibilidad... Y el objetivo de Anoma es hacer que estos procesos engorrosos sean invisibles, enfocándose en lo que "quieres hacer", dejando que el sistema se encargue del resto.
No se trata solo de hacer que la cadena sea más rápida o más barata, sino de redefinir completamente cómo debería funcionar Web3 desde la capa de infraestructura.
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El núcleo del diseño de Anoma no es simplemente una cadena, sino un "sistema operativo Web3".
Su principal característica es que está basada en una estructura "impulsada por la intención". Esto significa que solo necesitas expresar lo que quieres hacer, y el sistema se encargará del resto del proceso. Por ejemplo, si deseas intercambiar la moneda A por la moneda B, no necesitas seleccionar la cadena, comparar tarifas de transacción, ni realizar manualmente una serie de operaciones; Anoma te ayudará automáticamente a encontrar la ruta más rentable y completar la conversión.
Y no solo se centra en operaciones simples como el intercambio de monedas, sino que en el futuro podrá implementar protocolos de finanzas cruzadas, estrategias de comercio automatizadas, e incluso combinar inteligencia artificial para permitir a los usuarios expresar sus necesidades de forma conversacional. En pocas palabras, su objetivo es transformar Web3 de "herramientas que requieren un trasfondo técnico" en un "sistema mágico" que todos puedan usar, que es también la razón por la cual el estilo de marca de Anoma está diseñado para parecerse a un mago.
Lo que busca resolver son los dos mayores puntos de dolor en el mundo actual de Web3: la dificultad de desarrollo + la mala experiencia de usuario. Tanto para los desarrolladores como para los usuarios comunes, ahora hay que enfrentar la firma, la autorización, los trámites entre cadenas, problemas de compatibilidad... Y el objetivo de Anoma es hacer que estos procesos engorrosos sean invisibles, enfocándose en lo que "quieres hacer", dejando que el sistema se encargue del resto.
No se trata solo de hacer que la cadena sea más rápida o más barata, sino de redefinir completamente cómo debería funcionar Web3 desde la capa de infraestructura.